Ahora me toca a mí.

Me cansé de ser quien te consuela, quien te seca las lágrimas, te anima y te aconseja.
Sabes que no quiero dejar de hacerlo, no pienses que me molesta. Soy consciente de que parezco egoísta o egocéntrica pero no es nada de eso: Necesito, o más bien quiero (no lo tengo muy claro), que cambiemos los papeles sólo un instante.
Tal vez me toque a mi ser consolada, que me sequen las lágrimas, me animen y me aconsejen.